La psiquiatra Marisol Roncero, del Hospital Gregorio Marañón, alerta de que el fenómeno afecta ya a un 5 % de la población y se asocia frecuentemente a la depresión.
El fenómeno de las compras compulsivas ha crecido de manera significativa desde la pandemia, según advierte la doctora Marisol Roncero Rodríguez, psiquiatra del Centro AdCom IPSM del Hospital General Universitario Gregorio Marañón en Madrid. Este aumento preocupa a los profesionales de la salud mental, que coinciden en la necesidad de tratamientos especializados y atención integral para abordar el trastorno.
La Sociedad Española de Patología Dual (SEPD) ha puesto el foco sobre este problema durante las IX Jornadas AdCom de adicciones comportamentales y patología dual, señalando que se trata de un trastorno caracterizado por la compra descontrolada de objetos innecesarios, y que podría afectar actualmente a uno de cada veinte adultos.
“La accesibilidad, el anonimato y la inmediatez de las nuevas plataformas de comercio electrónico favorecen que la compra sea aún más adictiva”, explicó Roncero, quien considera que la prevalencia del trastorno ha aumentado en los últimos años.
👩🦰 El perfil más frecuente: mujeres entre 45 y 55 años
Según los datos presentados, alrededor del 80 % de los casos de compra compulsiva se dan en mujeres de entre 45 y 55 años. Sin embargo, la especialista advierte que el número de jóvenes adultos afectados va en aumento, especialmente debido al auge de las compras en línea.
El entorno digital, con su inmediatez y la posibilidad de adquirir productos a cualquier hora, ha generado una nueva forma de adicción silenciosa, difícil de detectar y normalizada socialmente bajo la apariencia del consumo cotidiano.
💭 Una relación directa con la depresión
Roncero explica que existe una relación bidireccional entre las compras compulsivas y los trastornos depresivos. En muchos casos, las personas no compran por necesidad, sino como mecanismo para aliviar tensiones o malestares emocionales.
“La depresión genera apatía y falta de motivación. Comprar produce un placer inmediato, aunque efímero. Por eso, cuando una persona está deprimida puede encontrar en la compra su única fuente de satisfacción”, afirmó la especialista.
Diversos estudios apuntan que entre el 50 % y el 90 % de quienes padecen compra compulsiva también sufren algún tipo de trastorno depresivo, como distimia, depresión mayor o fases depresivas del trastorno bipolar tipo II. Esta coexistencia de dos diagnósticos se conoce como patología dual, una condición que complica el tratamiento pero no impide la recuperación.
💊 Tratamiento integral y prevención de recaídas
La psiquiatra subraya la necesidad de una atención multidisciplinaria que combine el tratamiento farmacológico y psicoterapéutico de la depresión con intervenciones cognitivo-conductuales y motivacionales para controlar la adicción a las compras.
Asimismo, recomienda aplicar estrategias de control de estímulos, como limitar el acceso a plataformas de comercio electrónico, y desarrollar programas de prevención de recaídas, centrados en la gestión emocional y la educación financiera.
“Cuando ambos trastornos se tratan de manera integral, la recuperación es posible”, concluyó Roncero.
🧩 Un reto creciente para la salud mental
El auge de las compras compulsivas tras la pandemia refleja cómo los hábitos digitales pueden convertirse en fuentes de dependencia emocional y económica. Los expertos insisten en la importancia de reconocer los signos tempranos, promover el consumo responsable y reforzar la educación emocional como herramientas clave para prevenir este tipo de adicciones.

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