La batalla legal entre dos de las figuras más influyentes del hip hop contemporáneo ha llegado a su fin. Una jueza estadounidense desestimó la demanda por difamación presentada por el rapero Drake contra Universal Music Group (UMG), sello discográfico que distribuyó el exitoso tema “Not Like Us”, interpretado por Kendrick Lamar, y en el cual se lanzan duras acusaciones contra el artista canadiense.
La decisión, emitida este jueves por la jueza Jeanette Vargas, concluye uno de los enfrentamientos más mediáticos del año entre dos gigantes del rap. Según el fallo, las letras de Lamar representan una expresión artística y una opinión, no una declaración de hechos verificables, por lo tanto, no constituyen difamación.
“El hecho de que la grabación se hiciera en medio de una batalla de rap es esencial para valorar su impacto en un oyente razonable”, señaló la jueza Vargas, citada por Variety.
Contexto: un enfrentamiento convertido en fenómeno cultural
El conflicto entre Drake (Aubrey Graham) y Kendrick Lamar trascendió el ámbito musical y se convirtió en un fenómeno de cultura popular. Lo que comenzó como un intercambio de “diss tracks” —canciones de confrontación típicas del rap competitivo— escaló a un debate global sobre los límites del arte, la libertad de expresión y la difamación en la música.
El 4 de mayo de 2024, Lamar lanzó “Not Like Us”, una de las canciones más polémicas del año y, posteriormente, ganadora del Grammy a Mejor Grabación y Canción del Año. En la pieza, el rapero de Compton retoma viejas acusaciones —sin fundamento comprobado— sobre supuestos comportamientos indebidos de Drake, incluyendo insinuaciones de pedofilia y la existencia de una hija no reconocida.
A pesar de su dureza, la canción fue celebrada por la crítica como una obra maestra del “diss rap”, el subgénero de confrontación lírica que ha definido gran parte de la historia del hip hop.
Los argumentos del tribunal: libertad artística y contexto cultural
En su decisión, la jueza Vargas enfatizó que las declaraciones contenidas en la canción deben interpretarse dentro del contexto artístico y competitivo del rap, donde la exageración, la ironía y la provocación forman parte de la retórica tradicional.
“Hasta las aparentes exposiciones de hechos asumen un carácter de opinión cuando se realizan en el marco de una disputa pública o artística en la que se espera el uso de epítetos, retórica feroz o hipérboles”, explicó la magistrada.
Esta interpretación coincide con precedentes judiciales que protegen la libertad de expresión en contextos creativos, especialmente en géneros como el rap, donde la confrontación verbal es un elemento identitario.
La demanda de Drake: acusaciones contra Universal Music Group
Drake presentó su demanda en enero de 2025 ante un tribunal federal, sin mencionar directamente a Lamar, pero acusando a Universal Music Group —propietaria de los derechos de distribución del tema— de “publicar, promover y monetizar acusaciones falsas y peligrosas” que afectaban su reputación.
El rapero canadiense alegó que el sello había actuado con negligencia e intencionalidad al difundir un contenido que sabía que podía perjudicar su imagen pública y su marca comercial.
Sin embargo, la jueza determinó que no existía base legal suficiente para considerar que Universal había incurrido en difamación, dado que el material en cuestión estaba protegido por el derecho a la expresión artística y no afirmaba hechos verificables.
Del estudio al Super Bowl: la canción que conquistó la cultura pop
La polémica se amplificó cuando Kendrick Lamar interpretó “Not Like Us” durante el espectáculo de medio tiempo del Super Bowl, el evento televisivo más visto en Estados Unidos. Su actuación, celebrada por críticos y fanáticos, consolidó el tema como un símbolo cultural de resistencia y dominio lírico, con millones de reproducciones en plataformas digitales.
El momento también marcó un punto de inflexión en la rivalidad entre ambos artistas: Lamar emergió como ganador moral de la contienda musical, mientras Drake respondió con su propia canción, “The Heart Part 6”, en la que niega categóricamente las acusaciones y defiende su integridad personal y artística.
Una disputa que redefine los límites del arte y la reputación
Más allá de la controversia, el caso ha reavivado el debate sobre cuánto puede un artista decir en nombre de la creatividad, y hasta qué punto las palabras en una canción deben interpretarse como declaraciones literales.
Expertos legales coinciden en que el fallo refuerza la protección de la libertad de expresión en el ámbito artístico, pero también subraya los riesgos de la exposición pública y mediática en la era digital, donde la música se consume en masa y puede tener repercusiones reales en la reputación de los artistas.


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